¿Cómo hacer jabón con aceite usado?

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Podemos reutilizar el aceite usado para hacer jabón, de esta forma no solo abaratamos costes sino que generamos menos residuos. Hacer jabón tanto para el cuerpo como para lipieza es una gran opción de volver a darle una vida útil al aceite usado. Sin embargo vamos a resolver algunas dudas antes de lanzarnos manos a la obra.

¿Vale cualquier aceite? ¿El que he utilizado para cocinar? Sí, puedes utilizar el aceite usado ya sea de oliva o de girasol. Intenta guardarlos separados, es decir, no pongas todo el aceite usado, sea del tipo que sea en el mismo recipiente. Si lo haces no sabrás qué cantidad hay de cada aceite y puede afectar al resultado. El aceite usado más recomendable para convertirlo en jabón es el aceite de oliva. Es uno de los más utilizados por sus características para hacer jabón. El de girasol sin embargo se utiliza en menor medida, se enrancia antes, y da como resultado jabones más blandos.

¿Se puede usar el jabón de aceite reciclado como jabón de manos? Sí. Bien es cierto que no tendrá las mismas propiedades que uno de aceite limpio o refinado pero cumplirá su función de limpieza.

¿Podemos convertirlo en jabón líquido de limpieza? En jabón líquido o sólido. Realmente es la mejor aplicación para el aceite usado, pues mantiene todo su efecto limpiador pero no sus propiedades. Dependiendo de si lo queremos sólido, cuál pastilla de Lagarto, o líquido, deberemos utilizar un método para elaborarlo u otro.

¿Necesito muchos ingredientes para hacerlo? Usa lo que tengas en casa. No desesperes si ves alguna receta que usan aceite de coco o aceite de ricino y tu no tienes. Para el jabón de limpieza puedes usar la versión más básica de Aceite de Oliva + Sosa + Agua. Si tienes otros aceites, ¡genial! los puedes utilizar para mejorar algunas características del jabón como que haga más burbujas.

Jabón de la abuela o jabón de Castilla con aceite usado

Este es uno de los jabones sólidos más sencillos de hacer pues solo lleva aceite de oliva. Es una gran opción como receta para aprovechar el aceite usado de forma sencilla. En este caso como lo queremos como jabón de manos vamos a ponerle un sobreengrasado de 9% y una concentración de 30%.

¿Qué necesitamos?

  • 500gr de aceite de oliva
  • 63gr de sosa caústica
  • 145gr de agua

El proceso es muy sencillo. Empezamos como siempre mezclando la sosa con el agua para hacer la lejía. Echamos la sosa poco a poco en el agua, (siempre en ese orden, si echas agua a la sosa prepárate para un buen susto) y la vamos disolviendo. Empezará a coger calor, es normal. La dejamos reposar hasta que se enfríe.

Pesamos el aceite y una vez la sosa se haya enfriado, echamos la lejía en el aceite. Empezamos a mezclar con la batidora hasta que coga una consistencia de natillas, será cuando hayamos conseguido la traza. Podemos echarle la esencia que queramos en este momento y lo mezclamos.

Ya solo queda echarlo en el molde que nos gusté y dejar que empiece el proceso de curación. Después de 4 semanas estará listo para usar.

Jabón líquido de limpieza

Este proceso cambia bastante del anterior y es más complejo y largo. Lo bueno es que podremos usar el jabón en pocos días y a diferencia del anterior será líquido. Al ser un jabón de limpieza no nos interesa que hidrate, es decir, tendremos que asegurarnos de que todo el aceite se convierte en jabón. El sobreengrasado será negativo, entre -5% y -15%. De esta forma su capacidad de limpieza aumenta y evitamos que quede aceite sin saponificar. En este caso hemos escogido un -10% y un 35% de concentración

A diferencia del método en frío o en caliente habitual, al ser un jabón líquido utilizaremos potasa (KOH). La potasa es el álcali indicado para conseguir una consistencia líquida. No podremos utilizar la sosa pues da como resultado un jabón más sólido que nos serviría para este caso.

Para esta receta he añadido aceite de coco y de ricino pues quiero conseguir un efecto “fairi” con más burbujas. Puedes hacerlo solo con aceite de oliva sin problema.

¿Qué necesitamos?

  • 600gr de aceite de oliva usado
  • 100gr de aceite de coco
  • 50gr de aceite de ricino
  • 166gr de potasa
  • 305gr de agua

¿Cómo lo hacemos?

Vamos a utilizar el proceso en caliente pero con potasa.

Antes de empezar, asegúrate de tener puestos guantes y mascarilla como medidas de seguridad. Deberás utilizar una olla de acero inoxidable. Esto es muy importante pues si es de otro material la potasa podría estropearlo.

Echamos muy poco a poco la potasa en el agua. Nada más echarlo empezará la reacción química y la temperatura aumentará mucho. Tenemos que conseguir disolver toda la potasa en el agua. La dejamos reposar hasta que enfríe un poco.

Cogemos la olla y echamos los aceites. La pondremos a fuego medio-bajo. Necesitamos que estén a unos 60º. Cuando el aceite y la lejía estén a la misma temperatura (unos 60º) los mezclamos. Tendremos que usar la batidora para mezclarlos.

La traza se hará de rogar, a mi me tardó unos 15 minutos en aparecer. Si no lo consigues y la batidora empieza a estar caliente, para o se te estropeará la batidora. El propio calor hará que poco a poco salga la traza.

Controla el fuego para que no suba demasiado y hierva la mezcla. Ahora tendremos que armarnos de paciencia. Este proceso llevará unas 3-4 horas. Tendremos que vigilar la mezcla cada 15 o 20 minutos. Durante todo este tiempo la mezcla se irá convirtiendo en diferentes texturas, desde natillas, o puré de patatas hasta vaselina. Es normal, lo importante es intentar mezclarlo y removerlo para evitar que se separe parte de aceite. Llegará un momento en el que la batidora ya no nos sirva porque será demasiado espeso. Utiliza una espátula de madera o similar para remover. Pasadas las 3 primeras horas, la masa debería tener un aspecto marrón caramelo, semi transparente, como si fuera vaselina. Si todavía no tiene esa pinta, espera un rato más.

Para saber si realmente está lista o no debemos hacer una pequeña prueba. Coge una cucharadita de la mezcla y disuélvela en un vaso de agua muy caliente,. tardará en disolverse unos minutos. Una vez disuelta fíjate en el color del agua ¿Está muy turbia o con aspecto lechoso? Todavía no está lista, debemos dejarla más tiempo en el fuego. ¿El agua es transparente o un pelín enturbiada? Está lista, podemos sacarla del fuego.

Seguro que llegados a este punto te preguntas porque si íbamos a hacer jabón líquido tenemos una masa de jabón. Tenemos que diluirla para poder usarla. No hace falta diluir todo sino que podemos conservar parte para más adelante.

Una forma sencilla para diluirlo es poner la cantidad que queramos de jabón y la misma cantidad de agua. Debemos calentarlo otra vez en la olla para que se vaya disolviendo. No utilices la batidora o empezará a salir mucha espuma. En esta parte entra más en juego tu propio gusto, puedes añadirle más agua para que sea más líquido, un colorante líquido y la fragancia que te apetezca. Una vez disuelto ya está listo para embotellar. Y… ¡tachán! Ya tienes tu jabón líquido de limpieza con aceite usado.

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