Uno de los ingredientes clave en la elaboración de los jabones naturales son los aceites utilizados. No todos los aceites aportan las mismas propiedades ni dan las mismas características al jabón por lo que antes de empezar a crear un nuevo jabón tenemos que tener claro cómo queremos que se comporte. Por ejemplo, si debe ser más hidratante, más duro, hacer mucha espuma, etc.
Aunque un jabón se puede hacer con un único aceite como el jabón de Castilla o el de Marsella, lo habitual es tener que combinar varios tipos de aceites para conseguir un jabón con unas características específicas. Podemos utilizar una parte de aceite de oliva para darle hidratación, otra de aceite de coco para mayor limpieza y burbujas y añadir a la mezcla una pequeña parte de aceite de Rosa de Mosqueta que es más reparador.
Una forma sencilla de catalogar los aceites es dividirlos entre duros o blandos. Esto nos ayuda a saber qué aceite se recomienda mezclar para tener un jabón de una consistencia adecuada, ni demasiado blando ni demasiado duro.
- Los aceites duros son aquellos que se mantienen sólidos o semisólidos a temperatura ambiente, entre 20-25 grados. Algunos de estos aceites son el aceite de coco, de palma, babassu o las mantecas como las de cacao. Aportan mayor consistencia a los jabones y tienden a alargar su uso al prevenir el enranciamiento.
- Los aceites blandos se mantienen líquidos a temperatura ambiente, como el aceite de girasol, de oliva, de almendras o el de aguacate. Este tipo de aceites suele enranciarse antes y con mayor facilidad, por lo que hay que tener en cuenta su fecha de caducidad para prevenir que el jabón se estropee en poco tiempo.
Los aceites más utilizados como base para jabón natural
Hay muchísima variedad de aceites en el mercado que podemos utilizar para hacer jabones naturales. Estos son los más utilizados como base por sus propiedades. ¡Atrévete a combinarlos para conseguir la fórmula perfecta!
Aceite de Oliva – 2 años de duración
Es el preferido para la elaboración de jabones ya que se puede utilizar al 100%, sin mezclar con ningún otro aceite. Aunque a priori es un aceite blando es capaz de crear un jabón bastante duro y de color claro. Es muy hidratante y le da una textura cremosa al jabón. Si se usa en un porcentaje alto el jabón se consumirá muy rápido.
Aceite de Coco – 18 meses de duración
Cada vez es más sencillo de encontrar en las tiendas y muy recomendable para hacer jabones. Es un aceite duro que suele encontrarse sólido y hay que derretir antes de usarlo. Es un aceite que destaca por su capacidad de crear espuma, su gran limpieza y su rápido secado. Normalmente se recomienda utilizar en hasta un 30% del total del jabón pero también se puede utilizar al 100%. Sin embargo utilizarlo en grandes cantidades puede hacer que nuestro jabón sea demasiado limpiador y podría irritar algunas pieles sensibles al producir sequedad.
Aceite de Girasol – 6 meses de duración
Aunque es un aceite muy utilizado y habitual en todas las casas, no es una gran opción para los jabones ya que se enrancia fácilmente y puede llegar a estropear el jabón, por lo que se recomienda no utilizarlo en más del 20%. Si se utiliza en grandes cantidades, es recomendable utilizar algún tipo de conservante. Aporta hidratación a la piel aunque se absorbe lentamente.
Aceite de Palma – 1 año de duración
A pesar de ser un aceite con “mala fama”, se utiliza mucho en cosmética. Es un aceite duro que endurece el jabón y le da un tacto untuoso. Se recomienda utilizarlo en un 5 – 15%. En combinación con el aceite de oliva o de coco da grandes resultados
Aceite de Ricino – 2 años de duración
Es un aceite duro y muy espeso que aporta un mayor acondicionamiento al jabón pero es demasiado soluble por lo que se recomienda utilizarlo entre un 2% y un 5% del total de aceites del jabón. Se puede utilizar hasta en un 25% máximo pero a mayor cantidad más blando y pegajoso sale el jabón. Antes de utilizarlo debemos asegurarnos de que es de grado cosmético pues muchos de los que venden no se pueden utilizar para hacer jabones.