Para hacer un jabón siempre se necesita aceite, agua y sosa. Pero, ¿y si cambiamos el agua por otro líquido? Esto le añade un toque único y muy personal al jabón consiguiendo resultados difíciles de igualar.
Se pueden utilizar muchos tipos de líquidos además el agua para mezclar con la sosa y hacer un jabón. Los más populares son la leche de cabra o de coco, té, café o infusiones, zumos e incluso cerveza. Hay que tener mucho cuidado pues cada líquido puede reaccionar a la sosa de forma distinta al agua. A veces, la sosa puede crear un líquido marrón oscuro con un fuerte y desagradable olor al quemar el azúcar del líquido. La buena noticia es que ese olor desaparecerá al curarse el jabón pero la primera impresión puede ser horrible.
Hay que reconocer que existe mucho debate sobre si las cualidades del líquido mezclado sobreviven o no la reacción química producida por la sosa. Esta reacción puede alcanzar temperaturas muy altas que pueden incluso llegar a quemar el líquido que utilicemos, especialmente si se trata de leche. Para evitarlo es mejor mezclar la sosa con el líquido congelado. De esta forma la reacción se produce de forma más lenta y a menor temperatura. La diferencia entre congelar el líquido o no puede ser de hasta 60º. Si vas a utilizar leche en lugar de agua, ten en cuenta que es más complicado y deberás seguir unos pasos específicos para hacer lejía con leche.
¿Cómo sustituir el agua por otros líquidos?
Podemos sustituir el agua por prácticamente cualquier líquido, como café, té, zumo, vino o cerveza, para crear lo que llamamos “lejía” al mezclarlo con la sosa. Para ello debemos seguir las siguientes indicaciones:
- Sigue las directrices habituales para elaborar lejía, especialmente las recomendaciones de seguridad
- Prepara el recipiente donde vas a elaborar la mezcla y colócalo en un lugar protegido. De esta forma si algo salpica evitarás que caiga al suelo o a la mesa y haga un estropicio.
- Asegúrate de que el líquido está frío antes de mezclarlo con la sosa. Especialmente si vamos a utilizar café o algún tipo de infusión.
- Trabaja en una zona con buena ventilación. Los vapores que se generan al echar la sosa son muy fuertes y con muy mal olor.
- Si el líquido que vas a utilizar es carbonatado, como la cerveza, asegúrate de quitarle todas las burbujas. Deja la lata abierta durante varios días y ve removiéndola de vez en cuando. No puede tener ninguna burbuja
- Si vas a utilizar un líquido que lleve alcohol o mucho contenido en azúcar, te recomendamos que hagas primero un pequeño jabón de prueba. A veces el alcohol puede producir efectos extraños en el jabón. Lo que sí es seguro es que la fase de gelificación alcanzará temperaturas muy altas por lo que no hace falta aislar el jabón o meterlo en el horno. Ya tiene temperatura propia suficiente.
- Si el líquido contiene mucho azúcar, es recomendable congelar primero al menos ⅔ del propio líquido. Mezclaremos la parte congelada con la líquida y la sosa muy despacio. de esta forma bajamos la temperatura de la reacción química e impedimos que el azúcar se queme.
- Trabaja muy lentamente. Ve mezclando con mucho cuidado la sosa con el líquido, especialmente si es la primera vez que lo utilizas.
- No olvides tomar notas, especialmente de detalles como la intensidad del café o del té, para poder repetir la fórmula y el acabado en futuras recetas
Después de seguir estos pasos, el uso de la lejía es prácticamente el mismo que al utilizar agua.
¿Con qué líquido vas a probar primero?